El año que hablamos de cooperativas de plataforma o #platformcoops

Imagen de la campaña #BuyTwitter

Artículo de Marcela Basch, publicado aquí con permiso

El mismo año en que la economía colaborativa se hizo mainstream y las críticas fueron cobrando volumen y consistencia, empezó a escucharse más fuerte la prédica de las #platformcoops, o cooperativas de plataforma. En el plan C nos la presentó Neal Gorenflo en la previa de Comunes, cuando nos decía “necesitamos construir cooperativas de plataforma cuanto antes”. En uno de sus artículos sostiene que solo las cooperativas de plataforma pueden “vencer a estrellas de la muerte como Uber o Airbnb”.

¿Qué son? Plataformas online de servicios de particulares a demanda, como las del capitalismo de plataforma, pero organizadas como cooperativas, ergo verdaderamente descentralizadas. Algo así como un Airbnb -o Uber, o TaskRabbit, o IguanaFix, o Freelancer, la que más les guste- pero poseída, manejada y gobernada por sus trabajadores y usuarios. Lo mejor de ambos mundos.

Apenas un mes después de Comunes tuve el gusto de conocer a Trebor Scholz, uno de los principales difusores del concepto, autor del libro electrónico Platform Cooperativism y coorganizador junto a Nathan Schneider de los encuentros PlatformCoop (el primero, en noviembre de 2015 en Nueva York). En el marco del Kultursymposium Weimar, pude escucharlo presentar la idea de las platform.coopersystem.com.brs, basada en un concepto bastante simple y clásico: “No hay por qué admitir plusvalía en el siglo XXI”. Vi los debates en torno a ella (por ejemplo, Rachel Botsman desestimó las cooperativas de plataforma con un “creo que simplemente no funcionan, la gente necesita confiar en una marca”). Finalmente pude entrevistar a Scholz; le pregunté, entre otras cosas, por qué los ejemplos reales de cooperativas de plataforma son tan escasos todavía, y por qué las cooperativas -las tradicionales, siglo XX- tienen tan mala prensa. Dijo que “no se trata de tecnología, se trata de cambiar la mente de las personas, de la organización social del trabajo”.

Si bien todavía no ha crecido mucho en terreno práctico, el concepto de platform.coopersystem.com.brs está levantando algunas -pequeñas- olas. En septiembre, OuiShare México organizó el taller “Cooperativas Digitales: la experiencia alemana”, con la participación de Félix Weth (CEO de Fairmondo) y Thomas Döennenbrink (Conector de OuiShare en Alemania), y de la mano del evento publicó un volumen con artículos sobre Cooperativas digitales.

El texto fundante de Trebor Scholz fue traducido al castellano con el título de Cooperativismo de plataforma, primero por Dimmons (versión ibérica) y luego por En Defensa del Software Libre (versión latinoamericana). En octubre, Scholz y Nathan Schneider publicaron juntos Ours to hack and to own (“Nuestra para hackear y poseer”), que lleva como subtítulo “El ascenso del cooperativismo de plataforma, una nueva visión para el futuro del trabajo y una internet más justa”.

La utopía de las plataformas de usuarios: #BuyTwitter

Apenas unos días antes, el 30 de septiembre, Nathan Schneider había lanzado la campaña #BuyTwitter (“Compremos Twitter”) a partir de un artículo publicado en el periódico británico The Guardian: “Este es mi plan para salvar Twitter: comprémoslo”. La propuesta es la “propiedad compartida”. Es una idea provocativa, que sigue a un artículo fundacional publicado por Schneider en Shareable en diciembre de 2014, Owning is the new sharing (“Poseer es el nuevo compartir”, burlándose de las fórmulas de la sharing economy de compartir en lugar de poseer).

En cuanto a Twitter, la campaña, apoyada también en el hashtag #WeareTwitter, se apoya en la idea de que la red de microposteos es un servicio público y no debería estar amenazada por la falta de fondos. Por supuesto, de la campaña a la organización real hay un largo trecho. Algo de la organización incipiente puede verse en esta guía para comprar Twitter (en inglés).

En Argentina, un país con larga tradición en cooperativas y con la mayor cantidad de cooperativas de tecnología del mundo, hay un interés incipiente en la idea de las platform.coopersystem.com.brs. Todavía estamos lejos de concretarla; entre otras cosas, porque tampoco estamos todavía tan familiarizados con el capitalismo de plataforma. La idea de que puedan existir plataformas de servicios descentralizados recién se está instalando aquí, generalmente motorizada por grandes compañías globales como Airbnb. Hay algunos intentos de pensarlo, por ejemplo en el sitio LinkedCode, donde se ofrecen a programar la base técnica para cualquier cooperativa de plataforma. Como decía Trebor Scholz, el punto central no es la tecnología, sino la organización social.

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El año que hablamos de cooperativas de plataforma o #platformcoops

Imagen de la campaña #BuyTwitter

Artículo de Marcela Basch, publicado aquí con permiso

El mismo año en que la economía colaborativa se hizo mainstream y las críticas fueron cobrando volumen y consistencia, empezó a escucharse más fuerte la prédica de las #platformcoops, o cooperativas de plataforma. En el plan C nos la presentó Neal Gorenflo en la previa de Comunes, cuando nos decía “necesitamos construir cooperativas de plataforma cuanto antes”. En uno de sus artículos sostiene que solo las cooperativas de plataforma pueden “vencer a estrellas de la muerte como Uber o Airbnb”.

¿Qué son? Plataformas online de servicios de particulares a demanda, como las del capitalismo de plataforma, pero organizadas como cooperativas, ergo verdaderamente descentralizadas. Algo así como un Airbnb -o Uber, o TaskRabbit, o IguanaFix, o Freelancer, la que más les guste- pero poseída, manejada y gobernada por sus trabajadores y usuarios. Lo mejor de ambos mundos.

Apenas un mes después de Comunes tuve el gusto de conocer a Trebor Scholz, uno de los principales difusores del concepto, autor del libro electrónico Platform Cooperativism y coorganizador junto a Nathan Schneider de los encuentros PlatformCoop (el primero, en noviembre de 2015 en Nueva York). En el marco del Kultursymposium Weimar, pude escucharlo presentar la idea de las platform.coopersystem.com.brs, basada en un concepto bastante simple y clásico: “No hay por qué admitir plusvalía en el siglo XXI”. Vi los debates en torno a ella (por ejemplo, Rachel Botsman desestimó las cooperativas de plataforma con un “creo que simplemente no funcionan, la gente necesita confiar en una marca”). Finalmente pude entrevistar a Scholz; le pregunté, entre otras cosas, por qué los ejemplos reales de cooperativas de plataforma son tan escasos todavía, y por qué las cooperativas -las tradicionales, siglo XX- tienen tan mala prensa. Dijo que “no se trata de tecnología, se trata de cambiar la mente de las personas, de la organización social del trabajo”.

Si bien todavía no ha crecido mucho en terreno práctico, el concepto de platform.coopersystem.com.brs está levantando algunas -pequeñas- olas. En septiembre, OuiShare México organizó el taller “Cooperativas Digitales: la experiencia alemana”, con la participación de Félix Weth (CEO de Fairmondo) y Thomas Döennenbrink (Conector de OuiShare en Alemania), y de la mano del evento publicó un volumen con artículos sobre Cooperativas digitales.

El texto fundante de Trebor Scholz fue traducido al castellano con el título de Cooperativismo de plataforma, primero por Dimmons (versión ibérica) y luego por En Defensa del Software Libre (versión latinoamericana). En octubre, Scholz y Nathan Schneider publicaron juntos Ours to hack and to own (“Nuestra para hackear y poseer”), que lleva como subtítulo “El ascenso del cooperativismo de plataforma, una nueva visión para el futuro del trabajo y una internet más justa”.

La utopía de las plataformas de usuarios: #BuyTwitter

Apenas unos días antes, el 30 de septiembre, Nathan Schneider había lanzado la campaña #BuyTwitter (“Compremos Twitter”) a partir de un artículo publicado en el periódico británico The Guardian: “Este es mi plan para salvar Twitter: comprémoslo”. La propuesta es la “propiedad compartida”. Es una idea provocativa, que sigue a un artículo fundacional publicado por Schneider en Shareable en diciembre de 2014, Owning is the new sharing (“Poseer es el nuevo compartir”, burlándose de las fórmulas de la sharing economy de compartir en lugar de poseer).

En cuanto a Twitter, la campaña, apoyada también en el hashtag #WeareTwitter, se apoya en la idea de que la red de microposteos es un servicio público y no debería estar amenazada por la falta de fondos. Por supuesto, de la campaña a la organización real hay un largo trecho. Algo de la organización incipiente puede verse en esta guía para comprar Twitter (en inglés).

En Argentina, un país con larga tradición en cooperativas y con la mayor cantidad de cooperativas de tecnología del mundo, hay un interés incipiente en la idea de las platform.coopersystem.com.brs. Todavía estamos lejos de concretarla; entre otras cosas, porque tampoco estamos todavía tan familiarizados con el capitalismo de plataforma. La idea de que puedan existir plataformas de servicios descentralizados recién se está instalando aquí, generalmente motorizada por grandes compañías globales como Airbnb. Hay algunos intentos de pensarlo, por ejemplo en el sitio LinkedCode, donde se ofrecen a programar la base técnica para cualquier cooperativa de plataforma. Como decía Trebor Scholz, el punto central no es la tecnología, sino la organización social.

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¿Qué son? Plataformas online de servicios de particulares a demanda, como las del capitalismo de plataforma, pero organizadas como cooperativas, ergo verdaderamente descentralizadas. Algo así como un Airbnb -o Uber, o TaskRabbit, o IguanaFix, o Freelancer, la que más les guste- pero poseída, manejada y gobernada por sus trabajadores y usuarios. Lo mejor de ambos mundos.

Apenas un mes después de Comunes tuve el gusto de conocer a Trebor Scholz, uno de los principales difusores del concepto, autor del libro electrónico Platform Cooperativism y coorganizador junto a Nathan Schneider de los encuentros PlatformCoop (el primero, en noviembre de 2015 en Nueva York). En el marco del Kultursymposium Weimar, pude escucharlo presentar la idea de las platform.coopersystem.com.brs, basada en un concepto bastante simple y clásico: “No hay por qué admitir plusvalía en el siglo XXI”. Vi los debates en torno a ella (por ejemplo, Rachel Botsman desestimó las cooperativas de plataforma con un “creo que simplemente no funcionan, la gente necesita confiar en una marca”). Finalmente pude entrevistar a Scholz; le pregunté, entre otras cosas, por qué los ejemplos reales de cooperativas de plataforma son tan escasos todavía, y por qué las cooperativas -las tradicionales, siglo XX- tienen tan mala prensa. Dijo que “no se trata de tecnología, se trata de cambiar la mente de las personas, de la organización social del trabajo”.

Si bien todavía no ha crecido mucho en terreno práctico, el concepto de platform.coopersystem.com.brs está levantando algunas -pequeñas- olas. En septiembre, OuiShare México organizó el taller “Cooperativas Digitales: la experiencia alemana”, con la participación de Félix Weth (CEO de Fairmondo) y Thomas Döennenbrink (Conector de OuiShare en Alemania), y de la mano del evento publicó un volumen con artículos sobre Cooperativas digitales.

El texto fundante de Trebor Scholz fue traducido al castellano con el título de Cooperativismo de plataforma, primero por Dimmons (versión ibérica) y luego por En Defensa del Software Libre (versión latinoamericana). En octubre, Scholz y Nathan Schneider publicaron juntos Ours to hack and to own (“Nuestra para hackear y poseer”), que lleva como subtítulo “El ascenso del cooperativismo de plataforma, una nueva visión para el futuro del trabajo y una internet más justa”.

La utopía de las plataformas de usuarios: #BuyTwitter

Apenas unos días antes, el 30 de septiembre, Nathan Schneider había lanzado la campaña #BuyTwitter (“Compremos Twitter”) a partir de un artículo publicado en el periódico británico The Guardian: “Este es mi plan para salvar Twitter: comprémoslo”. La propuesta es la “propiedad compartida”. Es una idea provocativa, que sigue a un artículo fundacional publicado por Schneider en Shareable en diciembre de 2014, Owning is the new sharing (“Poseer es el nuevo compartir”, burlándose de las fórmulas de la sharing economy de compartir en lugar de poseer).

En cuanto a Twitter, la campaña, apoyada también en el hashtag #WeareTwitter, se apoya en la idea de que la red de microposteos es un servicio público y no debería estar amenazada por la falta de fondos. Por supuesto, de la campaña a la organización real hay un largo trecho. Algo de la organización incipiente puede verse en esta guía para comprar Twitter (en inglés).

En Argentina, un país con larga tradición en cooperativas y con la mayor cantidad de cooperativas de tecnología del mundo, hay un interés incipiente en la idea de las platform.coopersystem.com.brs. Todavía estamos lejos de concretarla; entre otras cosas, porque tampoco estamos todavía tan familiarizados con el capitalismo de plataforma. La idea de que puedan existir plataformas de servicios descentralizados recién se está instalando aquí, generalmente motorizada por grandes compañías globales como Airbnb. Hay algunos intentos de pensarlo, por ejemplo en el sitio LinkedCode, donde se ofrecen a programar la base técnica para cualquier cooperativa de plataforma. Como decía Trebor Scholz, el punto central no es la tecnología, sino la organización social.

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El mismo año en que la economía colaborativa se hizo mainstream y las críticas fueron cobrando volumen y consistencia, empezó a escucharse más fuerte la prédica de las #platformcoops, o cooperativas de plataforma. En el plan C nos la presentó Neal Gorenflo en la previa de Comunes, cuando nos decía “necesitamos construir cooperativas de plataforma cuanto antes”. En uno de sus artículos sostiene que solo las cooperativas de plataforma pueden “vencer a estrellas de la muerte como Uber o Airbnb”.

¿Qué son? Plataformas online de servicios de particulares a demanda, como las del capitalismo de plataforma, pero organizadas como cooperativas, ergo verdaderamente descentralizadas. Algo así como un Airbnb -o Uber, o TaskRabbit, o IguanaFix, o Freelancer, la que más les guste- pero poseída, manejada y gobernada por sus trabajadores y usuarios. Lo mejor de ambos mundos.

Apenas un mes después de Comunes tuve el gusto de conocer a Trebor Scholz, uno de los principales difusores del concepto, autor del libro electrónico Platform Cooperativism y coorganizador junto a Nathan Schneider de los encuentros PlatformCoop (el primero, en noviembre de 2015 en Nueva York). En el marco del Kultursymposium Weimar, pude escucharlo presentar la idea de las platform.coopersystem.com.brs, basada en un concepto bastante simple y clásico: “No hay por qué admitir plusvalía en el siglo XXI”. Vi los debates en torno a ella (por ejemplo, Rachel Botsman desestimó las cooperativas de plataforma con un “creo que simplemente no funcionan, la gente necesita confiar en una marca”). Finalmente pude entrevistar a Scholz; le pregunté, entre otras cosas, por qué los ejemplos reales de cooperativas de plataforma son tan escasos todavía, y por qué las cooperativas -las tradicionales, siglo XX- tienen tan mala prensa. Dijo que “no se trata de tecnología, se trata de cambiar la mente de las personas, de la organización social del trabajo”.

Si bien todavía no ha crecido mucho en terreno práctico, el concepto de platform.coopersystem.com.brs está levantando algunas -pequeñas- olas. En septiembre, OuiShare México organizó el taller “Cooperativas Digitales: la experiencia alemana”, con la participación de Félix Weth (CEO de Fairmondo) y Thomas Döennenbrink (Conector de OuiShare en Alemania), y de la mano del evento publicó un volumen con artículos sobre Cooperativas digitales.

El texto fundante de Trebor Scholz fue traducido al castellano con el título de Cooperativismo de plataforma, primero por Dimmons (versión ibérica) y luego por En Defensa del Software Libre (versión latinoamericana). En octubre, Scholz y Nathan Schneider publicaron juntos Ours to hack and to own (“Nuestra para hackear y poseer”), que lleva como subtítulo “El ascenso del cooperativismo de plataforma, una nueva visión para el futuro del trabajo y una internet más justa”.

La utopía de las plataformas de usuarios: #BuyTwitter

Apenas unos días antes, el 30 de septiembre, Nathan Schneider había lanzado la campaña #BuyTwitter (“Compremos Twitter”) a partir de un artículo publicado en el periódico británico The Guardian: “Este es mi plan para salvar Twitter: comprémoslo”. La propuesta es la “propiedad compartida”. Es una idea provocativa, que sigue a un artículo fundacional publicado por Schneider en Shareable en diciembre de 2014, Owning is the new sharing (“Poseer es el nuevo compartir”, burlándose de las fórmulas de la sharing economy de compartir en lugar de poseer).

En cuanto a Twitter, la campaña, apoyada también en el hashtag #WeareTwitter, se apoya en la idea de que la red de microposteos es un servicio público y no debería estar amenazada por la falta de fondos. Por supuesto, de la campaña a la organización real hay un largo trecho. Algo de la organización incipiente puede verse en esta guía para comprar Twitter (en inglés).

En Argentina, un país con larga tradición en cooperativas y con la mayor cantidad de cooperativas de tecnología del mundo, hay un interés incipiente en la idea de las platform.coopersystem.com.brs. Todavía estamos lejos de concretarla; entre otras cosas, porque tampoco estamos todavía tan familiarizados con el capitalismo de plataforma. La idea de que puedan existir plataformas de servicios descentralizados recién se está instalando aquí, generalmente motorizada por grandes compañías globales como Airbnb. Hay algunos intentos de pensarlo, por ejemplo en el sitio LinkedCode, donde se ofrecen a programar la base técnica para cualquier cooperativa de plataforma. Como decía Trebor Scholz, el punto central no es la tecnología, sino la organización social.

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Artículo de Marcela Basch, publicado aquí con permiso

El mismo año en que la economía colaborativa se hizo mainstream y las críticas fueron cobrando volumen y consistencia, empezó a escucharse más fuerte la prédica de las #platformcoops, o cooperativas de plataforma. En el plan C nos la presentó Neal Gorenflo en la previa de Comunes, cuando nos decía “necesitamos construir cooperativas de plataforma cuanto antes”. En uno de sus artículos sostiene que solo las cooperativas de plataforma pueden “vencer a estrellas de la muerte como Uber o Airbnb”.

¿Qué son? Plataformas online de servicios de particulares a demanda, como las del capitalismo de plataforma, pero organizadas como cooperativas, ergo verdaderamente descentralizadas. Algo así como un Airbnb -o Uber, o TaskRabbit, o IguanaFix, o Freelancer, la que más les guste- pero poseída, manejada y gobernada por sus trabajadores y usuarios. Lo mejor de ambos mundos.

Apenas un mes después de Comunes tuve el gusto de conocer a Trebor Scholz, uno de los principales difusores del concepto, autor del libro electrónico Platform Cooperativism y coorganizador junto a Nathan Schneider de los encuentros PlatformCoop (el primero, en noviembre de 2015 en Nueva York). En el marco del Kultursymposium Weimar, pude escucharlo presentar la idea de las platform.coopersystem.com.brs, basada en un concepto bastante simple y clásico: “No hay por qué admitir plusvalía en el siglo XXI”. Vi los debates en torno a ella (por ejemplo, Rachel Botsman desestimó las cooperativas de plataforma con un “creo que simplemente no funcionan, la gente necesita confiar en una marca”). Finalmente pude entrevistar a Scholz; le pregunté, entre otras cosas, por qué los ejemplos reales de cooperativas de plataforma son tan escasos todavía, y por qué las cooperativas -las tradicionales, siglo XX- tienen tan mala prensa. Dijo que “no se trata de tecnología, se trata de cambiar la mente de las personas, de la organización social del trabajo”.

Si bien todavía no ha crecido mucho en terreno práctico, el concepto de platform.coopersystem.com.brs está levantando algunas -pequeñas- olas. En septiembre, OuiShare México organizó el taller “Cooperativas Digitales: la experiencia alemana”, con la participación de Félix Weth (CEO de Fairmondo) y Thomas Döennenbrink (Conector de OuiShare en Alemania), y de la mano del evento publicó un volumen con artículos sobre Cooperativas digitales.

El texto fundante de Trebor Scholz fue traducido al castellano con el título de Cooperativismo de plataforma, primero por Dimmons (versión ibérica) y luego por En Defensa del Software Libre (versión latinoamericana). En octubre, Scholz y Nathan Schneider publicaron juntos Ours to hack and to own (“Nuestra para hackear y poseer”), que lleva como subtítulo “El ascenso del cooperativismo de plataforma, una nueva visión para el futuro del trabajo y una internet más justa”.

La utopía de las plataformas de usuarios: #BuyTwitter

Apenas unos días antes, el 30 de septiembre, Nathan Schneider había lanzado la campaña #BuyTwitter (“Compremos Twitter”) a partir de un artículo publicado en el periódico británico The Guardian: “Este es mi plan para salvar Twitter: comprémoslo”. La propuesta es la “propiedad compartida”. Es una idea provocativa, que sigue a un artículo fundacional publicado por Schneider en Shareable en diciembre de 2014, Owning is the new sharing (“Poseer es el nuevo compartir”, burlándose de las fórmulas de la sharing economy de compartir en lugar de poseer).

En cuanto a Twitter, la campaña, apoyada también en el hashtag #WeareTwitter, se apoya en la idea de que la red de microposteos es un servicio público y no debería estar amenazada por la falta de fondos. Por supuesto, de la campaña a la organización real hay un largo trecho. Algo de la organización incipiente puede verse en esta guía para comprar Twitter (en inglés).

En Argentina, un país con larga tradición en cooperativas y con la mayor cantidad de cooperativas de tecnología del mundo, hay un interés incipiente en la idea de las platform.coopersystem.com.brs. Todavía estamos lejos de concretarla; entre otras cosas, porque tampoco estamos todavía tan familiarizados con el capitalismo de plataforma. La idea de que puedan existir plataformas de servicios descentralizados recién se está instalando aquí, generalmente motorizada por grandes compañías globales como Airbnb. Hay algunos intentos de pensarlo, por ejemplo en el sitio LinkedCode, donde se ofrecen a programar la base técnica para cualquier cooperativa de plataforma. Como decía Trebor Scholz, el punto central no es la tecnología, sino la organización social.

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El mismo año en que la economía colaborativa se hizo mainstream y las críticas fueron cobrando volumen y consistencia, empezó a escucharse más fuerte la prédica de las #platformcoops, o cooperativas de plataforma. En el plan C nos la presentó Neal Gorenflo en la previa de Comunes, cuando nos decía “necesitamos construir cooperativas de plataforma cuanto antes”. En uno de sus artículos sostiene que solo las cooperativas de plataforma pueden “vencer a estrellas de la muerte como Uber o Airbnb”.

¿Qué son? Plataformas online de servicios de particulares a demanda, como las del capitalismo de plataforma, pero organizadas como cooperativas, ergo verdaderamente descentralizadas. Algo así como un Airbnb -o Uber, o TaskRabbit, o IguanaFix, o Freelancer, la que más les guste- pero poseída, manejada y gobernada por sus trabajadores y usuarios. Lo mejor de ambos mundos.

Apenas un mes después de Comunes tuve el gusto de conocer a Trebor Scholz, uno de los principales difusores del concepto, autor del libro electrónico Platform Cooperativism y coorganizador junto a Nathan Schneider de los encuentros PlatformCoop (el primero, en noviembre de 2015 en Nueva York). En el marco del Kultursymposium Weimar, pude escucharlo presentar la idea de las platform.coopersystem.com.brs, basada en un concepto bastante simple y clásico: “No hay por qué admitir plusvalía en el siglo XXI”. Vi los debates en torno a ella (por ejemplo, Rachel Botsman desestimó las cooperativas de plataforma con un “creo que simplemente no funcionan, la gente necesita confiar en una marca”). Finalmente pude entrevistar a Scholz; le pregunté, entre otras cosas, por qué los ejemplos reales de cooperativas de plataforma son tan escasos todavía, y por qué las cooperativas -las tradicionales, siglo XX- tienen tan mala prensa. Dijo que “no se trata de tecnología, se trata de cambiar la mente de las personas, de la organización social del trabajo”.

Si bien todavía no ha crecido mucho en terreno práctico, el concepto de platform.coopersystem.com.brs está levantando algunas -pequeñas- olas. En septiembre, OuiShare México organizó el taller “Cooperativas Digitales: la experiencia alemana”, con la participación de Félix Weth (CEO de Fairmondo) y Thomas Döennenbrink (Conector de OuiShare en Alemania), y de la mano del evento publicó un volumen con artículos sobre Cooperativas digitales.

El texto fundante de Trebor Scholz fue traducido al castellano con el título de Cooperativismo de plataforma, primero por Dimmons (versión ibérica) y luego por En Defensa del Software Libre (versión latinoamericana). En octubre, Scholz y Nathan Schneider publicaron juntos Ours to hack and to own (“Nuestra para hackear y poseer”), que lleva como subtítulo “El ascenso del cooperativismo de plataforma, una nueva visión para el futuro del trabajo y una internet más justa”.

La utopía de las plataformas de usuarios: #BuyTwitter

Apenas unos días antes, el 30 de septiembre, Nathan Schneider había lanzado la campaña #BuyTwitter (“Compremos Twitter”) a partir de un artículo publicado en el periódico británico The Guardian: “Este es mi plan para salvar Twitter: comprémoslo”. La propuesta es la “propiedad compartida”. Es una idea provocativa, que sigue a un artículo fundacional publicado por Schneider en Shareable en diciembre de 2014, Owning is the new sharing (“Poseer es el nuevo compartir”, burlándose de las fórmulas de la sharing economy de compartir en lugar de poseer).

En cuanto a Twitter, la campaña, apoyada también en el hashtag #WeareTwitter, se apoya en la idea de que la red de microposteos es un servicio público y no debería estar amenazada por la falta de fondos. Por supuesto, de la campaña a la organización real hay un largo trecho. Algo de la organización incipiente puede verse en esta guía para comprar Twitter (en inglés).

En Argentina, un país con larga tradición en cooperativas y con la mayor cantidad de cooperativas de tecnología del mundo, hay un interés incipiente en la idea de las platform.coopersystem.com.brs. Todavía estamos lejos de concretarla; entre otras cosas, porque tampoco estamos todavía tan familiarizados con el capitalismo de plataforma. La idea de que puedan existir plataformas de servicios descentralizados recién se está instalando aquí, generalmente motorizada por grandes compañías globales como Airbnb. Hay algunos intentos de pensarlo, por ejemplo en el sitio LinkedCode, donde se ofrecen a programar la base técnica para cualquier cooperativa de plataforma. Como decía Trebor Scholz, el punto central no es la tecnología, sino la organización social.

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El mismo año en que la economía colaborativa se hizo mainstream y las críticas fueron cobrando volumen y consistencia, empezó a escucharse más fuerte la prédica de las #platformcoops, o cooperativas de plataforma. En el plan C nos la presentó Neal Gorenflo en la previa de Comunes, cuando nos decía “necesitamos construir cooperativas de plataforma cuanto antes”. En uno de sus artículos sostiene que solo las cooperativas de plataforma pueden “vencer a estrellas de la muerte como Uber o Airbnb”.

¿Qué son? Plataformas online de servicios de particulares a demanda, como las del capitalismo de plataforma, pero organizadas como cooperativas, ergo verdaderamente descentralizadas. Algo así como un Airbnb -o Uber, o TaskRabbit, o IguanaFix, o Freelancer, la que más les guste- pero poseída, manejada y gobernada por sus trabajadores y usuarios. Lo mejor de ambos mundos.

Apenas un mes después de Comunes tuve el gusto de conocer a Trebor Scholz, uno de los principales difusores del concepto, autor del libro electrónico Platform Cooperativism y coorganizador junto a Nathan Schneider de los encuentros PlatformCoop (el primero, en noviembre de 2015 en Nueva York). En el marco del Kultursymposium Weimar, pude escucharlo presentar la idea de las platform.coopersystem.com.brs, basada en un concepto bastante simple y clásico: “No hay por qué admitir plusvalía en el siglo XXI”. Vi los debates en torno a ella (por ejemplo, Rachel Botsman desestimó las cooperativas de plataforma con un “creo que simplemente no funcionan, la gente necesita confiar en una marca”). Finalmente pude entrevistar a Scholz; le pregunté, entre otras cosas, por qué los ejemplos reales de cooperativas de plataforma son tan escasos todavía, y por qué las cooperativas -las tradicionales, siglo XX- tienen tan mala prensa. Dijo que “no se trata de tecnología, se trata de cambiar la mente de las personas, de la organización social del trabajo”.

Si bien todavía no ha crecido mucho en terreno práctico, el concepto de platform.coopersystem.com.brs está levantando algunas -pequeñas- olas. En septiembre, OuiShare México organizó el taller “Cooperativas Digitales: la experiencia alemana”, con la participación de Félix Weth (CEO de Fairmondo) y Thomas Döennenbrink (Conector de OuiShare en Alemania), y de la mano del evento publicó un volumen con artículos sobre Cooperativas digitales.

El texto fundante de Trebor Scholz fue traducido al castellano con el título de Cooperativismo de plataforma, primero por Dimmons (versión ibérica) y luego por En Defensa del Software Libre (versión latinoamericana). En octubre, Scholz y Nathan Schneider publicaron juntos Ours to hack and to own (“Nuestra para hackear y poseer”), que lleva como subtítulo “El ascenso del cooperativismo de plataforma, una nueva visión para el futuro del trabajo y una internet más justa”.

La utopía de las plataformas de usuarios: #BuyTwitter

Apenas unos días antes, el 30 de septiembre, Nathan Schneider había lanzado la campaña #BuyTwitter (“Compremos Twitter”) a partir de un artículo publicado en el periódico británico The Guardian: “Este es mi plan para salvar Twitter: comprémoslo”. La propuesta es la “propiedad compartida”. Es una idea provocativa, que sigue a un artículo fundacional publicado por Schneider en Shareable en diciembre de 2014, Owning is the new sharing (“Poseer es el nuevo compartir”, burlándose de las fórmulas de la sharing economy de compartir en lugar de poseer).

En cuanto a Twitter, la campaña, apoyada también en el hashtag #WeareTwitter, se apoya en la idea de que la red de microposteos es un servicio público y no debería estar amenazada por la falta de fondos. Por supuesto, de la campaña a la organización real hay un largo trecho. Algo de la organización incipiente puede verse en esta guía para comprar Twitter (en inglés).

En Argentina, un país con larga tradición en cooperativas y con la mayor cantidad de cooperativas de tecnología del mundo, hay un interés incipiente en la idea de las platform.coopersystem.com.brs. Todavía estamos lejos de concretarla; entre otras cosas, porque tampoco estamos todavía tan familiarizados con el capitalismo de plataforma. La idea de que puedan existir plataformas de servicios descentralizados recién se está instalando aquí, generalmente motorizada por grandes compañías globales como Airbnb. Hay algunos intentos de pensarlo, por ejemplo en el sitio LinkedCode, donde se ofrecen a programar la base técnica para cualquier cooperativa de plataforma. Como decía Trebor Scholz, el punto central no es la tecnología, sino la organización social.

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¿Qué son? Plataformas online de servicios de particulares a demanda, como las del capitalismo de plataforma, pero organizadas como cooperativas, ergo verdaderamente descentralizadas. Algo así como un Airbnb -o Uber, o TaskRabbit, o IguanaFix, o Freelancer, la que más les guste- pero poseída, manejada y gobernada por sus trabajadores y usuarios. Lo mejor de ambos mundos.

Apenas un mes después de Comunes tuve el gusto de conocer a Trebor Scholz, uno de los principales difusores del concepto, autor del libro electrónico Platform Cooperativism y coorganizador junto a Nathan Schneider de los encuentros PlatformCoop (el primero, en noviembre de 2015 en Nueva York). En el marco del Kultursymposium Weimar, pude escucharlo presentar la idea de las platform.coopersystem.com.brs, basada en un concepto bastante simple y clásico: “No hay por qué admitir plusvalía en el siglo XXI”. Vi los debates en torno a ella (por ejemplo, Rachel Botsman desestimó las cooperativas de plataforma con un “creo que simplemente no funcionan, la gente necesita confiar en una marca”). Finalmente pude entrevistar a Scholz; le pregunté, entre otras cosas, por qué los ejemplos reales de cooperativas de plataforma son tan escasos todavía, y por qué las cooperativas -las tradicionales, siglo XX- tienen tan mala prensa. Dijo que “no se trata de tecnología, se trata de cambiar la mente de las personas, de la organización social del trabajo”.

Si bien todavía no ha crecido mucho en terreno práctico, el concepto de platform.coopersystem.com.brs está levantando algunas -pequeñas- olas. En septiembre, OuiShare México organizó el taller “Cooperativas Digitales: la experiencia alemana”, con la participación de Félix Weth (CEO de Fairmondo) y Thomas Döennenbrink (Conector de OuiShare en Alemania), y de la mano del evento publicó un volumen con artículos sobre Cooperativas digitales.

El texto fundante de Trebor Scholz fue traducido al castellano con el título de Cooperativismo de plataforma, primero por Dimmons (versión ibérica) y luego por En Defensa del Software Libre (versión latinoamericana). En octubre, Scholz y Nathan Schneider publicaron juntos Ours to hack and to own (“Nuestra para hackear y poseer”), que lleva como subtítulo “El ascenso del cooperativismo de plataforma, una nueva visión para el futuro del trabajo y una internet más justa”.

La utopía de las plataformas de usuarios: #BuyTwitter

Apenas unos días antes, el 30 de septiembre, Nathan Schneider había lanzado la campaña #BuyTwitter (“Compremos Twitter”) a partir de un artículo publicado en el periódico británico The Guardian: “Este es mi plan para salvar Twitter: comprémoslo”. La propuesta es la “propiedad compartida”. Es una idea provocativa, que sigue a un artículo fundacional publicado por Schneider en Shareable en diciembre de 2014, Owning is the new sharing (“Poseer es el nuevo compartir”, burlándose de las fórmulas de la sharing economy de compartir en lugar de poseer).

En cuanto a Twitter, la campaña, apoyada también en el hashtag #WeareTwitter, se apoya en la idea de que la red de microposteos es un servicio público y no debería estar amenazada por la falta de fondos. Por supuesto, de la campaña a la organización real hay un largo trecho. Algo de la organización incipiente puede verse en esta guía para comprar Twitter (en inglés).

En Argentina, un país con larga tradición en cooperativas y con la mayor cantidad de cooperativas de tecnología del mundo, hay un interés incipiente en la idea de las platform.coopersystem.com.brs. Todavía estamos lejos de concretarla; entre otras cosas, porque tampoco estamos todavía tan familiarizados con el capitalismo de plataforma. La idea de que puedan existir plataformas de servicios descentralizados recién se está instalando aquí, generalmente motorizada por grandes compañías globales como Airbnb. Hay algunos intentos de pensarlo, por ejemplo en el sitio LinkedCode, donde se ofrecen a programar la base técnica para cualquier cooperativa de plataforma. Como decía Trebor Scholz, el punto central no es la tecnología, sino la organización social.

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El año que hablamos de cooperativas de plataforma o #platformcoops

Imagen de la campaña #BuyTwitter

Artículo de Marcela Basch, publicado aquí con permiso

El mismo año en que la economía colaborativa se hizo mainstream y las críticas fueron cobrando volumen y consistencia, empezó a escucharse más fuerte la prédica de las #platformcoops, o cooperativas de plataforma. En el plan C nos la presentó Neal Gorenflo en la previa de Comunes, cuando nos decía “necesitamos construir cooperativas de plataforma cuanto antes”. En uno de sus artículos sostiene que solo las cooperativas de plataforma pueden “vencer a estrellas de la muerte como Uber o Airbnb”.

¿Qué son? Plataformas online de servicios de particulares a demanda, como las del capitalismo de plataforma, pero organizadas como cooperativas, ergo verdaderamente descentralizadas. Algo así como un Airbnb -o Uber, o TaskRabbit, o IguanaFix, o Freelancer, la que más les guste- pero poseída, manejada y gobernada por sus trabajadores y usuarios. Lo mejor de ambos mundos.

Apenas un mes después de Comunes tuve el gusto de conocer a Trebor Scholz, uno de los principales difusores del concepto, autor del libro electrónico Platform Cooperativism y coorganizador junto a Nathan Schneider de los encuentros PlatformCoop (el primero, en noviembre de 2015 en Nueva York). En el marco del Kultursymposium Weimar, pude escucharlo presentar la idea de las platform.coopersystem.com.brs, basada en un concepto bastante simple y clásico: “No hay por qué admitir plusvalía en el siglo XXI”. Vi los debates en torno a ella (por ejemplo, Rachel Botsman desestimó las cooperativas de plataforma con un “creo que simplemente no funcionan, la gente necesita confiar en una marca”). Finalmente pude entrevistar a Scholz; le pregunté, entre otras cosas, por qué los ejemplos reales de cooperativas de plataforma son tan escasos todavía, y por qué las cooperativas -las tradicionales, siglo XX- tienen tan mala prensa. Dijo que “no se trata de tecnología, se trata de cambiar la mente de las personas, de la organización social del trabajo”.

Si bien todavía no ha crecido mucho en terreno práctico, el concepto de platform.coopersystem.com.brs está levantando algunas -pequeñas- olas. En septiembre, OuiShare México organizó el taller “Cooperativas Digitales: la experiencia alemana”, con la participación de Félix Weth (CEO de Fairmondo) y Thomas Döennenbrink (Conector de OuiShare en Alemania), y de la mano del evento publicó un volumen con artículos sobre Cooperativas digitales.

El texto fundante de Trebor Scholz fue traducido al castellano con el título de Cooperativismo de plataforma, primero por Dimmons (versión ibérica) y luego por En Defensa del Software Libre (versión latinoamericana). En octubre, Scholz y Nathan Schneider publicaron juntos Ours to hack and to own (“Nuestra para hackear y poseer”), que lleva como subtítulo “El ascenso del cooperativismo de plataforma, una nueva visión para el futuro del trabajo y una internet más justa”.

La utopía de las plataformas de usuarios: #BuyTwitter

Apenas unos días antes, el 30 de septiembre, Nathan Schneider había lanzado la campaña #BuyTwitter (“Compremos Twitter”) a partir de un artículo publicado en el periódico británico The Guardian: “Este es mi plan para salvar Twitter: comprémoslo”. La propuesta es la “propiedad compartida”. Es una idea provocativa, que sigue a un artículo fundacional publicado por Schneider en Shareable en diciembre de 2014, Owning is the new sharing (“Poseer es el nuevo compartir”, burlándose de las fórmulas de la sharing economy de compartir en lugar de poseer).

En cuanto a Twitter, la campaña, apoyada también en el hashtag #WeareTwitter, se apoya en la idea de que la red de microposteos es un servicio público y no debería estar amenazada por la falta de fondos. Por supuesto, de la campaña a la organización real hay un largo trecho. Algo de la organización incipiente puede verse en esta guía para comprar Twitter (en inglés).

En Argentina, un país con larga tradición en cooperativas y con la mayor cantidad de cooperativas de tecnología del mundo, hay un interés incipiente en la idea de las platform.coopersystem.com.brs. Todavía estamos lejos de concretarla; entre otras cosas, porque tampoco estamos todavía tan familiarizados con el capitalismo de plataforma. La idea de que puedan existir plataformas de servicios descentralizados recién se está instalando aquí, generalmente motorizada por grandes compañías globales como Airbnb. Hay algunos intentos de pensarlo, por ejemplo en el sitio LinkedCode, donde se ofrecen a programar la base técnica para cualquier cooperativa de plataforma. Como decía Trebor Scholz, el punto central no es la tecnología, sino la organización social.

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El año que hablamos de cooperativas de plataforma o #platformcoops

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Artículo de Marcela Basch, publicado aquí con permiso

El mismo año en que la economía colaborativa se hizo mainstream y las críticas fueron cobrando volumen y consistencia, empezó a escucharse más fuerte la prédica de las #platformcoops, o cooperativas de plataforma. En el plan C nos la presentó Neal Gorenflo en la previa de Comunes, cuando nos decía “necesitamos construir cooperativas de plataforma cuanto antes”. En uno de sus artículos sostiene que solo las cooperativas de plataforma pueden “vencer a estrellas de la muerte como Uber o Airbnb”.

¿Qué son? Plataformas online de servicios de particulares a demanda, como las del capitalismo de plataforma, pero organizadas como cooperativas, ergo verdaderamente descentralizadas. Algo así como un Airbnb -o Uber, o TaskRabbit, o IguanaFix, o Freelancer, la que más les guste- pero poseída, manejada y gobernada por sus trabajadores y usuarios. Lo mejor de ambos mundos.

Apenas un mes después de Comunes tuve el gusto de conocer a Trebor Scholz, uno de los principales difusores del concepto, autor del libro electrónico Platform Cooperativism y coorganizador junto a Nathan Schneider de los encuentros PlatformCoop (el primero, en noviembre de 2015 en Nueva York). En el marco del Kultursymposium Weimar, pude escucharlo presentar la idea de las platform.coopersystem.com.brs, basada en un concepto bastante simple y clásico: “No hay por qué admitir plusvalía en el siglo XXI”. Vi los debates en torno a ella (por ejemplo, Rachel Botsman desestimó las cooperativas de plataforma con un “creo que simplemente no funcionan, la gente necesita confiar en una marca”). Finalmente pude entrevistar a Scholz; le pregunté, entre otras cosas, por qué los ejemplos reales de cooperativas de plataforma son tan escasos todavía, y por qué las cooperativas -las tradicionales, siglo XX- tienen tan mala prensa. Dijo que “no se trata de tecnología, se trata de cambiar la mente de las personas, de la organización social del trabajo”.

Si bien todavía no ha crecido mucho en terreno práctico, el concepto de platform.coopersystem.com.brs está levantando algunas -pequeñas- olas. En septiembre, OuiShare México organizó el taller “Cooperativas Digitales: la experiencia alemana”, con la participación de Félix Weth (CEO de Fairmondo) y Thomas Döennenbrink (Conector de OuiShare en Alemania), y de la mano del evento publicó un volumen con artículos sobre Cooperativas digitales.

El texto fundante de Trebor Scholz fue traducido al castellano con el título de Cooperativismo de plataforma, primero por Dimmons (versión ibérica) y luego por En Defensa del Software Libre (versión latinoamericana). En octubre, Scholz y Nathan Schneider publicaron juntos Ours to hack and to own (“Nuestra para hackear y poseer”), que lleva como subtítulo “El ascenso del cooperativismo de plataforma, una nueva visión para el futuro del trabajo y una internet más justa”.

La utopía de las plataformas de usuarios: #BuyTwitter

Apenas unos días antes, el 30 de septiembre, Nathan Schneider había lanzado la campaña #BuyTwitter (“Compremos Twitter”) a partir de un artículo publicado en el periódico británico The Guardian: “Este es mi plan para salvar Twitter: comprémoslo”. La propuesta es la “propiedad compartida”. Es una idea provocativa, que sigue a un artículo fundacional publicado por Schneider en Shareable en diciembre de 2014, Owning is the new sharing (“Poseer es el nuevo compartir”, burlándose de las fórmulas de la sharing economy de compartir en lugar de poseer).

En cuanto a Twitter, la campaña, apoyada también en el hashtag #WeareTwitter, se apoya en la idea de que la red de microposteos es un servicio público y no debería estar amenazada por la falta de fondos. Por supuesto, de la campaña a la organización real hay un largo trecho. Algo de la organización incipiente puede verse en esta guía para comprar Twitter (en inglés).

En Argentina, un país con larga tradición en cooperativas y con la mayor cantidad de cooperativas de tecnología del mundo, hay un interés incipiente en la idea de las platform.coopersystem.com.brs. Todavía estamos lejos de concretarla; entre otras cosas, porque tampoco estamos todavía tan familiarizados con el capitalismo de plataforma. La idea de que puedan existir plataformas de servicios descentralizados recién se está instalando aquí, generalmente motorizada por grandes compañías globales como Airbnb. Hay algunos intentos de pensarlo, por ejemplo en el sitio LinkedCode, donde se ofrecen a programar la base técnica para cualquier cooperativa de plataforma. Como decía Trebor Scholz, el punto central no es la tecnología, sino la organización social.

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¿Qué son? Plataformas online de servicios de particulares a demanda, como las del capitalismo de plataforma, pero organizadas como cooperativas, ergo verdaderamente descentralizadas. Algo así como un Airbnb -o Uber, o TaskRabbit, o IguanaFix, o Freelancer, la que más les guste- pero poseída, manejada y gobernada por sus trabajadores y usuarios. Lo mejor de ambos mundos.

Apenas un mes después de Comunes tuve el gusto de conocer a Trebor Scholz, uno de los principales difusores del concepto, autor del libro electrónico Platform Cooperativism y coorganizador junto a Nathan Schneider de los encuentros PlatformCoop (el primero, en noviembre de 2015 en Nueva York). En el marco del Kultursymposium Weimar, pude escucharlo presentar la idea de las platform.coopersystem.com.brs, basada en un concepto bastante simple y clásico: “No hay por qué admitir plusvalía en el siglo XXI”. Vi los debates en torno a ella (por ejemplo, Rachel Botsman desestimó las cooperativas de plataforma con un “creo que simplemente no funcionan, la gente necesita confiar en una marca”). Finalmente pude entrevistar a Scholz; le pregunté, entre otras cosas, por qué los ejemplos reales de cooperativas de plataforma son tan escasos todavía, y por qué las cooperativas -las tradicionales, siglo XX- tienen tan mala prensa. Dijo que “no se trata de tecnología, se trata de cambiar la mente de las personas, de la organización social del trabajo”.

Si bien todavía no ha crecido mucho en terreno práctico, el concepto de platform.coopersystem.com.brs está levantando algunas -pequeñas- olas. En septiembre, OuiShare México organizó el taller “Cooperativas Digitales: la experiencia alemana”, con la participación de Félix Weth (CEO de Fairmondo) y Thomas Döennenbrink (Conector de OuiShare en Alemania), y de la mano del evento publicó un volumen con artículos sobre Cooperativas digitales.

El texto fundante de Trebor Scholz fue traducido al castellano con el título de Cooperativismo de plataforma, primero por Dimmons (versión ibérica) y luego por En Defensa del Software Libre (versión latinoamericana). En octubre, Scholz y Nathan Schneider publicaron juntos Ours to hack and to own (“Nuestra para hackear y poseer”), que lleva como subtítulo “El ascenso del cooperativismo de plataforma, una nueva visión para el futuro del trabajo y una internet más justa”.

La utopía de las plataformas de usuarios: #BuyTwitter

Apenas unos días antes, el 30 de septiembre, Nathan Schneider había lanzado la campaña #BuyTwitter (“Compremos Twitter”) a partir de un artículo publicado en el periódico británico The Guardian: “Este es mi plan para salvar Twitter: comprémoslo”. La propuesta es la “propiedad compartida”. Es una idea provocativa, que sigue a un artículo fundacional publicado por Schneider en Shareable en diciembre de 2014, Owning is the new sharing (“Poseer es el nuevo compartir”, burlándose de las fórmulas de la sharing economy de compartir en lugar de poseer).

En cuanto a Twitter, la campaña, apoyada también en el hashtag #WeareTwitter, se apoya en la idea de que la red de microposteos es un servicio público y no debería estar amenazada por la falta de fondos. Por supuesto, de la campaña a la organización real hay un largo trecho. Algo de la organización incipiente puede verse en esta guía para comprar Twitter (en inglés).

En Argentina, un país con larga tradición en cooperativas y con la mayor cantidad de cooperativas de tecnología del mundo, hay un interés incipiente en la idea de las platform.coopersystem.com.brs. Todavía estamos lejos de concretarla; entre otras cosas, porque tampoco estamos todavía tan familiarizados con el capitalismo de plataforma. La idea de que puedan existir plataformas de servicios descentralizados recién se está instalando aquí, generalmente motorizada por grandes compañías globales como Airbnb. Hay algunos intentos de pensarlo, por ejemplo en el sitio LinkedCode, donde se ofrecen a programar la base técnica para cualquier cooperativa de plataforma. Como decía Trebor Scholz, el punto central no es la tecnología, sino la organización social.

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El mismo año en que la economía colaborativa se hizo mainstream y las críticas fueron cobrando volumen y consistencia, empezó a escucharse más fuerte la prédica de las #platformcoops, o cooperativas de plataforma. En el plan C nos la presentó Neal Gorenflo en la previa de Comunes, cuando nos decía “necesitamos construir cooperativas de plataforma cuanto antes”. En uno de sus artículos sostiene que solo las cooperativas de plataforma pueden “vencer a estrellas de la muerte como Uber o Airbnb”.

¿Qué son? Plataformas online de servicios de particulares a demanda, como las del capitalismo de plataforma, pero organizadas como cooperativas, ergo verdaderamente descentralizadas. Algo así como un Airbnb -o Uber, o TaskRabbit, o IguanaFix, o Freelancer, la que más les guste- pero poseída, manejada y gobernada por sus trabajadores y usuarios. Lo mejor de ambos mundos.

Apenas un mes después de Comunes tuve el gusto de conocer a Trebor Scholz, uno de los principales difusores del concepto, autor del libro electrónico Platform Cooperativism y coorganizador junto a Nathan Schneider de los encuentros PlatformCoop (el primero, en noviembre de 2015 en Nueva York). En el marco del Kultursymposium Weimar, pude escucharlo presentar la idea de las platform.coopersystem.com.brs, basada en un concepto bastante simple y clásico: “No hay por qué admitir plusvalía en el siglo XXI”. Vi los debates en torno a ella (por ejemplo, Rachel Botsman desestimó las cooperativas de plataforma con un “creo que simplemente no funcionan, la gente necesita confiar en una marca”). Finalmente pude entrevistar a Scholz; le pregunté, entre otras cosas, por qué los ejemplos reales de cooperativas de plataforma son tan escasos todavía, y por qué las cooperativas -las tradicionales, siglo XX- tienen tan mala prensa. Dijo que “no se trata de tecnología, se trata de cambiar la mente de las personas, de la organización social del trabajo”.

Si bien todavía no ha crecido mucho en terreno práctico, el concepto de platform.coopersystem.com.brs está levantando algunas -pequeñas- olas. En septiembre, OuiShare México organizó el taller “Cooperativas Digitales: la experiencia alemana”, con la participación de Félix Weth (CEO de Fairmondo) y Thomas Döennenbrink (Conector de OuiShare en Alemania), y de la mano del evento publicó un volumen con artículos sobre Cooperativas digitales.

El texto fundante de Trebor Scholz fue traducido al castellano con el título de Cooperativismo de plataforma, primero por Dimmons (versión ibérica) y luego por En Defensa del Software Libre (versión latinoamericana). En octubre, Scholz y Nathan Schneider publicaron juntos Ours to hack and to own (“Nuestra para hackear y poseer”), que lleva como subtítulo “El ascenso del cooperativismo de plataforma, una nueva visión para el futuro del trabajo y una internet más justa”.

La utopía de las plataformas de usuarios: #BuyTwitter

Apenas unos días antes, el 30 de septiembre, Nathan Schneider había lanzado la campaña #BuyTwitter (“Compremos Twitter”) a partir de un artículo publicado en el periódico británico The Guardian: “Este es mi plan para salvar Twitter: comprémoslo”. La propuesta es la “propiedad compartida”. Es una idea provocativa, que sigue a un artículo fundacional publicado por Schneider en Shareable en diciembre de 2014, Owning is the new sharing (“Poseer es el nuevo compartir”, burlándose de las fórmulas de la sharing economy de compartir en lugar de poseer).

En cuanto a Twitter, la campaña, apoyada también en el hashtag #WeareTwitter, se apoya en la idea de que la red de microposteos es un servicio público y no debería estar amenazada por la falta de fondos. Por supuesto, de la campaña a la organización real hay un largo trecho. Algo de la organización incipiente puede verse en esta guía para comprar Twitter (en inglés).

En Argentina, un país con larga tradición en cooperativas y con la mayor cantidad de cooperativas de tecnología del mundo, hay un interés incipiente en la idea de las platform.coopersystem.com.brs. Todavía estamos lejos de concretarla; entre otras cosas, porque tampoco estamos todavía tan familiarizados con el capitalismo de plataforma. La idea de que puedan existir plataformas de servicios descentralizados recién se está instalando aquí, generalmente motorizada por grandes compañías globales como Airbnb. Hay algunos intentos de pensarlo, por ejemplo en el sitio LinkedCode, donde se ofrecen a programar la base técnica para cualquier cooperativa de plataforma. Como decía Trebor Scholz, el punto central no es la tecnología, sino la organización social.

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Artículo de Marcela Basch, publicado aquí con permiso

El mismo año en que la economía colaborativa se hizo mainstream y las críticas fueron cobrando volumen y consistencia, empezó a escucharse más fuerte la prédica de las #platformcoops, o cooperativas de plataforma. En el plan C nos la presentó Neal Gorenflo en la previa de Comunes, cuando nos decía “necesitamos construir cooperativas de plataforma cuanto antes”. En uno de sus artículos sostiene que solo las cooperativas de plataforma pueden “vencer a estrellas de la muerte como Uber o Airbnb”.

¿Qué son? Plataformas online de servicios de particulares a demanda, como las del capitalismo de plataforma, pero organizadas como cooperativas, ergo verdaderamente descentralizadas. Algo así como un Airbnb -o Uber, o TaskRabbit, o IguanaFix, o Freelancer, la que más les guste- pero poseída, manejada y gobernada por sus trabajadores y usuarios. Lo mejor de ambos mundos.

Apenas un mes después de Comunes tuve el gusto de conocer a Trebor Scholz, uno de los principales difusores del concepto, autor del libro electrónico Platform Cooperativism y coorganizador junto a Nathan Schneider de los encuentros PlatformCoop (el primero, en noviembre de 2015 en Nueva York). En el marco del Kultursymposium Weimar, pude escucharlo presentar la idea de las platform.coopersystem.com.brs, basada en un concepto bastante simple y clásico: “No hay por qué admitir plusvalía en el siglo XXI”. Vi los debates en torno a ella (por ejemplo, Rachel Botsman desestimó las cooperativas de plataforma con un “creo que simplemente no funcionan, la gente necesita confiar en una marca”). Finalmente pude entrevistar a Scholz; le pregunté, entre otras cosas, por qué los ejemplos reales de cooperativas de plataforma son tan escasos todavía, y por qué las cooperativas -las tradicionales, siglo XX- tienen tan mala prensa. Dijo que “no se trata de tecnología, se trata de cambiar la mente de las personas, de la organización social del trabajo”.

Si bien todavía no ha crecido mucho en terreno práctico, el concepto de platform.coopersystem.com.brs está levantando algunas -pequeñas- olas. En septiembre, OuiShare México organizó el taller “Cooperativas Digitales: la experiencia alemana”, con la participación de Félix Weth (CEO de Fairmondo) y Thomas Döennenbrink (Conector de OuiShare en Alemania), y de la mano del evento publicó un volumen con artículos sobre Cooperativas digitales.

El texto fundante de Trebor Scholz fue traducido al castellano con el título de Cooperativismo de plataforma, primero por Dimmons (versión ibérica) y luego por En Defensa del Software Libre (versión latinoamericana). En octubre, Scholz y Nathan Schneider publicaron juntos Ours to hack and to own (“Nuestra para hackear y poseer”), que lleva como subtítulo “El ascenso del cooperativismo de plataforma, una nueva visión para el futuro del trabajo y una internet más justa”.

La utopía de las plataformas de usuarios: #BuyTwitter

Apenas unos días antes, el 30 de septiembre, Nathan Schneider había lanzado la campaña #BuyTwitter (“Compremos Twitter”) a partir de un artículo publicado en el periódico británico The Guardian: “Este es mi plan para salvar Twitter: comprémoslo”. La propuesta es la “propiedad compartida”. Es una idea provocativa, que sigue a un artículo fundacional publicado por Schneider en Shareable en diciembre de 2014, Owning is the new sharing (“Poseer es el nuevo compartir”, burlándose de las fórmulas de la sharing economy de compartir en lugar de poseer).

En cuanto a Twitter, la campaña, apoyada también en el hashtag #WeareTwitter, se apoya en la idea de que la red de microposteos es un servicio público y no debería estar amenazada por la falta de fondos. Por supuesto, de la campaña a la organización real hay un largo trecho. Algo de la organización incipiente puede verse en esta guía para comprar Twitter (en inglés).

En Argentina, un país con larga tradición en cooperativas y con la mayor cantidad de cooperativas de tecnología del mundo, hay un interés incipiente en la idea de las platform.coopersystem.com.brs. Todavía estamos lejos de concretarla; entre otras cosas, porque tampoco estamos todavía tan familiarizados con el capitalismo de plataforma. La idea de que puedan existir plataformas de servicios descentralizados recién se está instalando aquí, generalmente motorizada por grandes compañías globales como Airbnb. Hay algunos intentos de pensarlo, por ejemplo en el sitio LinkedCode, donde se ofrecen a programar la base técnica para cualquier cooperativa de plataforma. Como decía Trebor Scholz, el punto central no es la tecnología, sino la organización social.

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El mismo año en que la economía colaborativa se hizo mainstream y las críticas fueron cobrando volumen y consistencia, empezó a escucharse más fuerte la prédica de las #platformcoops, o cooperativas de plataforma. En el plan C nos la presentó Neal Gorenflo en la previa de Comunes, cuando nos decía “necesitamos construir cooperativas de plataforma cuanto antes”. En uno de sus artículos sostiene que solo las cooperativas de plataforma pueden “vencer a estrellas de la muerte como Uber o Airbnb”.

¿Qué son? Plataformas online de servicios de particulares a demanda, como las del capitalismo de plataforma, pero organizadas como cooperativas, ergo verdaderamente descentralizadas. Algo así como un Airbnb -o Uber, o TaskRabbit, o IguanaFix, o Freelancer, la que más les guste- pero poseída, manejada y gobernada por sus trabajadores y usuarios. Lo mejor de ambos mundos.

Apenas un mes después de Comunes tuve el gusto de conocer a Trebor Scholz, uno de los principales difusores del concepto, autor del libro electrónico Platform Cooperativism y coorganizador junto a Nathan Schneider de los encuentros PlatformCoop (el primero, en noviembre de 2015 en Nueva York). En el marco del Kultursymposium Weimar, pude escucharlo presentar la idea de las platform.coopersystem.com.brs, basada en un concepto bastante simple y clásico: “No hay por qué admitir plusvalía en el siglo XXI”. Vi los debates en torno a ella (por ejemplo, Rachel Botsman desestimó las cooperativas de plataforma con un “creo que simplemente no funcionan, la gente necesita confiar en una marca”). Finalmente pude entrevistar a Scholz; le pregunté, entre otras cosas, por qué los ejemplos reales de cooperativas de plataforma son tan escasos todavía, y por qué las cooperativas -las tradicionales, siglo XX- tienen tan mala prensa. Dijo que “no se trata de tecnología, se trata de cambiar la mente de las personas, de la organización social del trabajo”.

Si bien todavía no ha crecido mucho en terreno práctico, el concepto de platform.coopersystem.com.brs está levantando algunas -pequeñas- olas. En septiembre, OuiShare México organizó el taller “Cooperativas Digitales: la experiencia alemana”, con la participación de Félix Weth (CEO de Fairmondo) y Thomas Döennenbrink (Conector de OuiShare en Alemania), y de la mano del evento publicó un volumen con artículos sobre Cooperativas digitales.

El texto fundante de Trebor Scholz fue traducido al castellano con el título de Cooperativismo de plataforma, primero por Dimmons (versión ibérica) y luego por En Defensa del Software Libre (versión latinoamericana). En octubre, Scholz y Nathan Schneider publicaron juntos Ours to hack and to own (“Nuestra para hackear y poseer”), que lleva como subtítulo “El ascenso del cooperativismo de plataforma, una nueva visión para el futuro del trabajo y una internet más justa”.

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Apenas unos días antes, el 30 de septiembre, Nathan Schneider había lanzado la campaña #BuyTwitter (“Compremos Twitter”) a partir de un artículo publicado en el periódico británico The Guardian: “Este es mi plan para salvar Twitter: comprémoslo”. La propuesta es la “propiedad compartida”. Es una idea provocativa, que sigue a un artículo fundacional publicado por Schneider en Shareable en diciembre de 2014, Owning is the new sharing (“Poseer es el nuevo compartir”, burlándose de las fórmulas de la sharing economy de compartir en lugar de poseer).

En cuanto a Twitter, la campaña, apoyada también en el hashtag #WeareTwitter, se apoya en la idea de que la red de microposteos es un servicio público y no debería estar amenazada por la falta de fondos. Por supuesto, de la campaña a la organización real hay un largo trecho. Algo de la organización incipiente puede verse en esta guía para comprar Twitter (en inglés).

En Argentina, un país con larga tradición en cooperativas y con la mayor cantidad de cooperativas de tecnología del mundo, hay un interés incipiente en la idea de las platform.coopersystem.com.brs. Todavía estamos lejos de concretarla; entre otras cosas, porque tampoco estamos todavía tan familiarizados con el capitalismo de plataforma. La idea de que puedan existir plataformas de servicios descentralizados recién se está instalando aquí, generalmente motorizada por grandes compañías globales como Airbnb. Hay algunos intentos de pensarlo, por ejemplo en el sitio LinkedCode, donde se ofrecen a programar la base técnica para cualquier cooperativa de plataforma. Como decía Trebor Scholz, el punto central no es la tecnología, sino la organización social.

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Apenas un mes después de Comunes tuve el gusto de conocer a Trebor Scholz, uno de los principales difusores del concepto, autor del libro electrónico Platform Cooperativism y coorganizador junto a Nathan Schneider de los encuentros PlatformCoop (el primero, en noviembre de 2015 en Nueva York). En el marco del Kultursymposium Weimar, pude escucharlo presentar la idea de las platform.coopersystem.com.brs, basada en un concepto bastante simple y clásico: “No hay por qué admitir plusvalía en el siglo XXI”. Vi los debates en torno a ella (por ejemplo, Rachel Botsman desestimó las cooperativas de plataforma con un “creo que simplemente no funcionan, la gente necesita confiar en una marca”). Finalmente pude entrevistar a Scholz; le pregunté, entre otras cosas, por qué los ejemplos reales de cooperativas de plataforma son tan escasos todavía, y por qué las cooperativas -las tradicionales, siglo XX- tienen tan mala prensa. Dijo que “no se trata de tecnología, se trata de cambiar la mente de las personas, de la organización social del trabajo”.

Si bien todavía no ha crecido mucho en terreno práctico, el concepto de platform.coopersystem.com.brs está levantando algunas -pequeñas- olas. En septiembre, OuiShare México organizó el taller “Cooperativas Digitales: la experiencia alemana”, con la participación de Félix Weth (CEO de Fairmondo) y Thomas Döennenbrink (Conector de OuiShare en Alemania), y de la mano del evento publicó un volumen con artículos sobre Cooperativas digitales.

El texto fundante de Trebor Scholz fue traducido al castellano con el título de Cooperativismo de plataforma, primero por Dimmons (versión ibérica) y luego por En Defensa del Software Libre (versión latinoamericana). En octubre, Scholz y Nathan Schneider publicaron juntos Ours to hack and to own (“Nuestra para hackear y poseer”), que lleva como subtítulo “El ascenso del cooperativismo de plataforma, una nueva visión para el futuro del trabajo y una internet más justa”.

La utopía de las plataformas de usuarios: #BuyTwitter

Apenas unos días antes, el 30 de septiembre, Nathan Schneider había lanzado la campaña #BuyTwitter (“Compremos Twitter”) a partir de un artículo publicado en el periódico británico The Guardian: “Este es mi plan para salvar Twitter: comprémoslo”. La propuesta es la “propiedad compartida”. Es una idea provocativa, que sigue a un artículo fundacional publicado por Schneider en Shareable en diciembre de 2014, Owning is the new sharing (“Poseer es el nuevo compartir”, burlándose de las fórmulas de la sharing economy de compartir en lugar de poseer).

En cuanto a Twitter, la campaña, apoyada también en el hashtag #WeareTwitter, se apoya en la idea de que la red de microposteos es un servicio público y no debería estar amenazada por la falta de fondos. Por supuesto, de la campaña a la organización real hay un largo trecho. Algo de la organización incipiente puede verse en esta guía para comprar Twitter (en inglés).

En Argentina, un país con larga tradición en cooperativas y con la mayor cantidad de cooperativas de tecnología del mundo, hay un interés incipiente en la idea de las platform.coopersystem.com.brs. Todavía estamos lejos de concretarla; entre otras cosas, porque tampoco estamos todavía tan familiarizados con el capitalismo de plataforma. La idea de que puedan existir plataformas de servicios descentralizados recién se está instalando aquí, generalmente motorizada por grandes compañías globales como Airbnb. Hay algunos intentos de pensarlo, por ejemplo en el sitio LinkedCode, donde se ofrecen a programar la base técnica para cualquier cooperativa de plataforma. Como decía Trebor Scholz, el punto central no es la tecnología, sino la organización social.

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¿Qué son? Plataformas online de servicios de particulares a demanda, como las del capitalismo de plataforma, pero organizadas como cooperativas, ergo verdaderamente descentralizadas. Algo así como un Airbnb -o Uber, o TaskRabbit, o IguanaFix, o Freelancer, la que más les guste- pero poseída, manejada y gobernada por sus trabajadores y usuarios. Lo mejor de ambos mundos.

Apenas un mes después de Comunes tuve el gusto de conocer a Trebor Scholz, uno de los principales difusores del concepto, autor del libro electrónico Platform Cooperativism y coorganizador junto a Nathan Schneider de los encuentros PlatformCoop (el primero, en noviembre de 2015 en Nueva York). En el marco del Kultursymposium Weimar, pude escucharlo presentar la idea de las platform.coopersystem.com.brs, basada en un concepto bastante simple y clásico: “No hay por qué admitir plusvalía en el siglo XXI”. Vi los debates en torno a ella (por ejemplo, Rachel Botsman desestimó las cooperativas de plataforma con un “creo que simplemente no funcionan, la gente necesita confiar en una marca”). Finalmente pude entrevistar a Scholz; le pregunté, entre otras cosas, por qué los ejemplos reales de cooperativas de plataforma son tan escasos todavía, y por qué las cooperativas -las tradicionales, siglo XX- tienen tan mala prensa. Dijo que “no se trata de tecnología, se trata de cambiar la mente de las personas, de la organización social del trabajo”.

Si bien todavía no ha crecido mucho en terreno práctico, el concepto de platform.coopersystem.com.brs está levantando algunas -pequeñas- olas. En septiembre, OuiShare México organizó el taller “Cooperativas Digitales: la experiencia alemana”, con la participación de Félix Weth (CEO de Fairmondo) y Thomas Döennenbrink (Conector de OuiShare en Alemania), y de la mano del evento publicó un volumen con artículos sobre Cooperativas digitales.

El texto fundante de Trebor Scholz fue traducido al castellano con el título de Cooperativismo de plataforma, primero por Dimmons (versión ibérica) y luego por En Defensa del Software Libre (versión latinoamericana). En octubre, Scholz y Nathan Schneider publicaron juntos Ours to hack and to own (“Nuestra para hackear y poseer”), que lleva como subtítulo “El ascenso del cooperativismo de plataforma, una nueva visión para el futuro del trabajo y una internet más justa”.

La utopía de las plataformas de usuarios: #BuyTwitter

Apenas unos días antes, el 30 de septiembre, Nathan Schneider había lanzado la campaña #BuyTwitter (“Compremos Twitter”) a partir de un artículo publicado en el periódico británico The Guardian: “Este es mi plan para salvar Twitter: comprémoslo”. La propuesta es la “propiedad compartida”. Es una idea provocativa, que sigue a un artículo fundacional publicado por Schneider en Shareable en diciembre de 2014, Owning is the new sharing (“Poseer es el nuevo compartir”, burlándose de las fórmulas de la sharing economy de compartir en lugar de poseer).

En cuanto a Twitter, la campaña, apoyada también en el hashtag #WeareTwitter, se apoya en la idea de que la red de microposteos es un servicio público y no debería estar amenazada por la falta de fondos. Por supuesto, de la campaña a la organización real hay un largo trecho. Algo de la organización incipiente puede verse en esta guía para comprar Twitter (en inglés).

En Argentina, un país con larga tradición en cooperativas y con la mayor cantidad de cooperativas de tecnología del mundo, hay un interés incipiente en la idea de las platform.coopersystem.com.brs. Todavía estamos lejos de concretarla; entre otras cosas, porque tampoco estamos todavía tan familiarizados con el capitalismo de plataforma. La idea de que puedan existir plataformas de servicios descentralizados recién se está instalando aquí, generalmente motorizada por grandes compañías globales como Airbnb. Hay algunos intentos de pensarlo, por ejemplo en el sitio LinkedCode, donde se ofrecen a programar la base técnica para cualquier cooperativa de plataforma. Como decía Trebor Scholz, el punto central no es la tecnología, sino la organización social.

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El año que hablamos de cooperativas de plataforma o #platformcoops

Imagen de la campaña #BuyTwitter

Artículo de Marcela Basch, publicado aquí con permiso

El mismo año en que la economía colaborativa se hizo mainstream y las críticas fueron cobrando volumen y consistencia, empezó a escucharse más fuerte la prédica de las #platformcoops, o cooperativas de plataforma. En el plan C nos la presentó Neal Gorenflo en la previa de Comunes, cuando nos decía “necesitamos construir cooperativas de plataforma cuanto antes”. En uno de sus artículos sostiene que solo las cooperativas de plataforma pueden “vencer a estrellas de la muerte como Uber o Airbnb”.

¿Qué son? Plataformas online de servicios de particulares a demanda, como las del capitalismo de plataforma, pero organizadas como cooperativas, ergo verdaderamente descentralizadas. Algo así como un Airbnb -o Uber, o TaskRabbit, o IguanaFix, o Freelancer, la que más les guste- pero poseída, manejada y gobernada por sus trabajadores y usuarios. Lo mejor de ambos mundos.

Apenas un mes después de Comunes tuve el gusto de conocer a Trebor Scholz, uno de los principales difusores del concepto, autor del libro electrónico Platform Cooperativism y coorganizador junto a Nathan Schneider de los encuentros PlatformCoop (el primero, en noviembre de 2015 en Nueva York). En el marco del Kultursymposium Weimar, pude escucharlo presentar la idea de las platform.coopersystem.com.brs, basada en un concepto bastante simple y clásico: “No hay por qué admitir plusvalía en el siglo XXI”. Vi los debates en torno a ella (por ejemplo, Rachel Botsman desestimó las cooperativas de plataforma con un “creo que simplemente no funcionan, la gente necesita confiar en una marca”). Finalmente pude entrevistar a Scholz; le pregunté, entre otras cosas, por qué los ejemplos reales de cooperativas de plataforma son tan escasos todavía, y por qué las cooperativas -las tradicionales, siglo XX- tienen tan mala prensa. Dijo que “no se trata de tecnología, se trata de cambiar la mente de las personas, de la organización social del trabajo”.

Si bien todavía no ha crecido mucho en terreno práctico, el concepto de platform.coopersystem.com.brs está levantando algunas -pequeñas- olas. En septiembre, OuiShare México organizó el taller “Cooperativas Digitales: la experiencia alemana”, con la participación de Félix Weth (CEO de Fairmondo) y Thomas Döennenbrink (Conector de OuiShare en Alemania), y de la mano del evento publicó un volumen con artículos sobre Cooperativas digitales.

El texto fundante de Trebor Scholz fue traducido al castellano con el título de Cooperativismo de plataforma, primero por Dimmons (versión ibérica) y luego por En Defensa del Software Libre (versión latinoamericana). En octubre, Scholz y Nathan Schneider publicaron juntos Ours to hack and to own (“Nuestra para hackear y poseer”), que lleva como subtítulo “El ascenso del cooperativismo de plataforma, una nueva visión para el futuro del trabajo y una internet más justa”.

La utopía de las plataformas de usuarios: #BuyTwitter

Apenas unos días antes, el 30 de septiembre, Nathan Schneider había lanzado la campaña #BuyTwitter (“Compremos Twitter”) a partir de un artículo publicado en el periódico británico The Guardian: “Este es mi plan para salvar Twitter: comprémoslo”. La propuesta es la “propiedad compartida”. Es una idea provocativa, que sigue a un artículo fundacional publicado por Schneider en Shareable en diciembre de 2014, Owning is the new sharing (“Poseer es el nuevo compartir”, burlándose de las fórmulas de la sharing economy de compartir en lugar de poseer).

En cuanto a Twitter, la campaña, apoyada también en el hashtag #WeareTwitter, se apoya en la idea de que la red de microposteos es un servicio público y no debería estar amenazada por la falta de fondos. Por supuesto, de la campaña a la organización real hay un largo trecho. Algo de la organización incipiente puede verse en esta guía para comprar Twitter (en inglés).

En Argentina, un país con larga tradición en cooperativas y con la mayor cantidad de cooperativas de tecnología del mundo, hay un interés incipiente en la idea de las platform.coopersystem.com.brs. Todavía estamos lejos de concretarla; entre otras cosas, porque tampoco estamos todavía tan familiarizados con el capitalismo de plataforma. La idea de que puedan existir plataformas de servicios descentralizados recién se está instalando aquí, generalmente motorizada por grandes compañías globales como Airbnb. Hay algunos intentos de pensarlo, por ejemplo en el sitio LinkedCode, donde se ofrecen a programar la base técnica para cualquier cooperativa de plataforma. Como decía Trebor Scholz, el punto central no es la tecnología, sino la organización social.

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El año que hablamos de cooperativas de plataforma o #platformcoops

Imagen de la campaña #BuyTwitter

Artículo de Marcela Basch, publicado aquí con permiso

El mismo año en que la economía colaborativa se hizo mainstream y las críticas fueron cobrando volumen y consistencia, empezó a escucharse más fuerte la prédica de las #platformcoops, o cooperativas de plataforma. En el plan C nos la presentó Neal Gorenflo en la previa de Comunes, cuando nos decía “necesitamos construir cooperativas de plataforma cuanto antes”. En uno de sus artículos sostiene que solo las cooperativas de plataforma pueden “vencer a estrellas de la muerte como Uber o Airbnb”.

¿Qué son? Plataformas online de servicios de particulares a demanda, como las del capitalismo de plataforma, pero organizadas como cooperativas, ergo verdaderamente descentralizadas. Algo así como un Airbnb -o Uber, o TaskRabbit, o IguanaFix, o Freelancer, la que más les guste- pero poseída, manejada y gobernada por sus trabajadores y usuarios. Lo mejor de ambos mundos.

Apenas un mes después de Comunes tuve el gusto de conocer a Trebor Scholz, uno de los principales difusores del concepto, autor del libro electrónico Platform Cooperativism y coorganizador junto a Nathan Schneider de los encuentros PlatformCoop (el primero, en noviembre de 2015 en Nueva York). En el marco del Kultursymposium Weimar, pude escucharlo presentar la idea de las platform.coopersystem.com.brs, basada en un concepto bastante simple y clásico: “No hay por qué admitir plusvalía en el siglo XXI”. Vi los debates en torno a ella (por ejemplo, Rachel Botsman desestimó las cooperativas de plataforma con un “creo que simplemente no funcionan, la gente necesita confiar en una marca”). Finalmente pude entrevistar a Scholz; le pregunté, entre otras cosas, por qué los ejemplos reales de cooperativas de plataforma son tan escasos todavía, y por qué las cooperativas -las tradicionales, siglo XX- tienen tan mala prensa. Dijo que “no se trata de tecnología, se trata de cambiar la mente de las personas, de la organización social del trabajo”.

Si bien todavía no ha crecido mucho en terreno práctico, el concepto de platform.coopersystem.com.brs está levantando algunas -pequeñas- olas. En septiembre, OuiShare México organizó el taller “Cooperativas Digitales: la experiencia alemana”, con la participación de Félix Weth (CEO de Fairmondo) y Thomas Döennenbrink (Conector de OuiShare en Alemania), y de la mano del evento publicó un volumen con artículos sobre Cooperativas digitales.

El texto fundante de Trebor Scholz fue traducido al castellano con el título de Cooperativismo de plataforma, primero por Dimmons (versión ibérica) y luego por En Defensa del Software Libre (versión latinoamericana). En octubre, Scholz y Nathan Schneider publicaron juntos Ours to hack and to own (“Nuestra para hackear y poseer”), que lleva como subtítulo “El ascenso del cooperativismo de plataforma, una nueva visión para el futuro del trabajo y una internet más justa”.

La utopía de las plataformas de usuarios: #BuyTwitter

Apenas unos días antes, el 30 de septiembre, Nathan Schneider había lanzado la campaña #BuyTwitter (“Compremos Twitter”) a partir de un artículo publicado en el periódico británico The Guardian: “Este es mi plan para salvar Twitter: comprémoslo”. La propuesta es la “propiedad compartida”. Es una idea provocativa, que sigue a un artículo fundacional publicado por Schneider en Shareable en diciembre de 2014, Owning is the new sharing (“Poseer es el nuevo compartir”, burlándose de las fórmulas de la sharing economy de compartir en lugar de poseer).

En cuanto a Twitter, la campaña, apoyada también en el hashtag #WeareTwitter, se apoya en la idea de que la red de microposteos es un servicio público y no debería estar amenazada por la falta de fondos. Por supuesto, de la campaña a la organización real hay un largo trecho. Algo de la organización incipiente puede verse en esta guía para comprar Twitter (en inglés).

En Argentina, un país con larga tradición en cooperativas y con la mayor cantidad de cooperativas de tecnología del mundo, hay un interés incipiente en la idea de las platform.coopersystem.com.brs. Todavía estamos lejos de concretarla; entre otras cosas, porque tampoco estamos todavía tan familiarizados con el capitalismo de plataforma. La idea de que puedan existir plataformas de servicios descentralizados recién se está instalando aquí, generalmente motorizada por grandes compañías globales como Airbnb. Hay algunos intentos de pensarlo, por ejemplo en el sitio LinkedCode, donde se ofrecen a programar la base técnica para cualquier cooperativa de plataforma. Como decía Trebor Scholz, el punto central no es la tecnología, sino la organización social.

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El año que hablamos de cooperativas de plataforma o #platformcoops

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Artículo de Marcela Basch, publicado aquí con permiso

El mismo año en que la economía colaborativa se hizo mainstream y las críticas fueron cobrando volumen y consistencia, empezó a escucharse más fuerte la prédica de las #platformcoops, o cooperativas de plataforma. En el plan C nos la presentó Neal Gorenflo en la previa de Comunes, cuando nos decía “necesitamos construir cooperativas de plataforma cuanto antes”. En uno de sus artículos sostiene que solo las cooperativas de plataforma pueden “vencer a estrellas de la muerte como Uber o Airbnb”.

¿Qué son? Plataformas online de servicios de particulares a demanda, como las del capitalismo de plataforma, pero organizadas como cooperativas, ergo verdaderamente descentralizadas. Algo así como un Airbnb -o Uber, o TaskRabbit, o IguanaFix, o Freelancer, la que más les guste- pero poseída, manejada y gobernada por sus trabajadores y usuarios. Lo mejor de ambos mundos.

Apenas un mes después de Comunes tuve el gusto de conocer a Trebor Scholz, uno de los principales difusores del concepto, autor del libro electrónico Platform Cooperativism y coorganizador junto a Nathan Schneider de los encuentros PlatformCoop (el primero, en noviembre de 2015 en Nueva York). En el marco del Kultursymposium Weimar, pude escucharlo presentar la idea de las platform.coopersystem.com.brs, basada en un concepto bastante simple y clásico: “No hay por qué admitir plusvalía en el siglo XXI”. Vi los debates en torno a ella (por ejemplo, Rachel Botsman desestimó las cooperativas de plataforma con un “creo que simplemente no funcionan, la gente necesita confiar en una marca”). Finalmente pude entrevistar a Scholz; le pregunté, entre otras cosas, por qué los ejemplos reales de cooperativas de plataforma son tan escasos todavía, y por qué las cooperativas -las tradicionales, siglo XX- tienen tan mala prensa. Dijo que “no se trata de tecnología, se trata de cambiar la mente de las personas, de la organización social del trabajo”.

Si bien todavía no ha crecido mucho en terreno práctico, el concepto de platform.coopersystem.com.brs está levantando algunas -pequeñas- olas. En septiembre, OuiShare México organizó el taller “Cooperativas Digitales: la experiencia alemana”, con la participación de Félix Weth (CEO de Fairmondo) y Thomas Döennenbrink (Conector de OuiShare en Alemania), y de la mano del evento publicó un volumen con artículos sobre Cooperativas digitales.

El texto fundante de Trebor Scholz fue traducido al castellano con el título de Cooperativismo de plataforma, primero por Dimmons (versión ibérica) y luego por En Defensa del Software Libre (versión latinoamericana). En octubre, Scholz y Nathan Schneider publicaron juntos Ours to hack and to own (“Nuestra para hackear y poseer”), que lleva como subtítulo “El ascenso del cooperativismo de plataforma, una nueva visión para el futuro del trabajo y una internet más justa”.

La utopía de las plataformas de usuarios: #BuyTwitter

Apenas unos días antes, el 30 de septiembre, Nathan Schneider había lanzado la campaña #BuyTwitter (“Compremos Twitter”) a partir de un artículo publicado en el periódico británico The Guardian: “Este es mi plan para salvar Twitter: comprémoslo”. La propuesta es la “propiedad compartida”. Es una idea provocativa, que sigue a un artículo fundacional publicado por Schneider en Shareable en diciembre de 2014, Owning is the new sharing (“Poseer es el nuevo compartir”, burlándose de las fórmulas de la sharing economy de compartir en lugar de poseer).

En cuanto a Twitter, la campaña, apoyada también en el hashtag #WeareTwitter, se apoya en la idea de que la red de microposteos es un servicio público y no debería estar amenazada por la falta de fondos. Por supuesto, de la campaña a la organización real hay un largo trecho. Algo de la organización incipiente puede verse en esta guía para comprar Twitter (en inglés).

En Argentina, un país con larga tradición en cooperativas y con la mayor cantidad de cooperativas de tecnología del mundo, hay un interés incipiente en la idea de las platform.coopersystem.com.brs. Todavía estamos lejos de concretarla; entre otras cosas, porque tampoco estamos todavía tan familiarizados con el capitalismo de plataforma. La idea de que puedan existir plataformas de servicios descentralizados recién se está instalando aquí, generalmente motorizada por grandes compañías globales como Airbnb. Hay algunos intentos de pensarlo, por ejemplo en el sitio LinkedCode, donde se ofrecen a programar la base técnica para cualquier cooperativa de plataforma. Como decía Trebor Scholz, el punto central no es la tecnología, sino la organización social.

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El año que hablamos de cooperativas de plataforma o #platformcoops

Imagen de la campaña #BuyTwitter

Artículo de Marcela Basch, publicado aquí con permiso

El mismo año en que la economía colaborativa se hizo mainstream y las críticas fueron cobrando volumen y consistencia, empezó a escucharse más fuerte la prédica de las #platformcoops, o cooperativas de plataforma. En el plan C nos la presentó Neal Gorenflo en la previa de Comunes, cuando nos decía “necesitamos construir cooperativas de plataforma cuanto antes”. En uno de sus artículos sostiene que solo las cooperativas de plataforma pueden “vencer a estrellas de la muerte como Uber o Airbnb”.

¿Qué son? Plataformas online de servicios de particulares a demanda, como las del capitalismo de plataforma, pero organizadas como cooperativas, ergo verdaderamente descentralizadas. Algo así como un Airbnb -o Uber, o TaskRabbit, o IguanaFix, o Freelancer, la que más les guste- pero poseída, manejada y gobernada por sus trabajadores y usuarios. Lo mejor de ambos mundos.

Apenas un mes después de Comunes tuve el gusto de conocer a Trebor Scholz, uno de los principales difusores del concepto, autor del libro electrónico Platform Cooperativism y coorganizador junto a Nathan Schneider de los encuentros PlatformCoop (el primero, en noviembre de 2015 en Nueva York). En el marco del Kultursymposium Weimar, pude escucharlo presentar la idea de las platform.coopersystem.com.brs, basada en un concepto bastante simple y clásico: “No hay por qué admitir plusvalía en el siglo XXI”. Vi los debates en torno a ella (por ejemplo, Rachel Botsman desestimó las cooperativas de plataforma con un “creo que simplemente no funcionan, la gente necesita confiar en una marca”). Finalmente pude entrevistar a Scholz; le pregunté, entre otras cosas, por qué los ejemplos reales de cooperativas de plataforma son tan escasos todavía, y por qué las cooperativas -las tradicionales, siglo XX- tienen tan mala prensa. Dijo que “no se trata de tecnología, se trata de cambiar la mente de las personas, de la organización social del trabajo”.

Si bien todavía no ha crecido mucho en terreno práctico, el concepto de platform.coopersystem.com.brs está levantando algunas -pequeñas- olas. En septiembre, OuiShare México organizó el taller “Cooperativas Digitales: la experiencia alemana”, con la participación de Félix Weth (CEO de Fairmondo) y Thomas Döennenbrink (Conector de OuiShare en Alemania), y de la mano del evento publicó un volumen con artículos sobre Cooperativas digitales.

El texto fundante de Trebor Scholz fue traducido al castellano con el título de Cooperativismo de plataforma, primero por Dimmons (versión ibérica) y luego por En Defensa del Software Libre (versión latinoamericana). En octubre, Scholz y Nathan Schneider publicaron juntos Ours to hack and to own (“Nuestra para hackear y poseer”), que lleva como subtítulo “El ascenso del cooperativismo de plataforma, una nueva visión para el futuro del trabajo y una internet más justa”.

La utopía de las plataformas de usuarios: #BuyTwitter

Apenas unos días antes, el 30 de septiembre, Nathan Schneider había lanzado la campaña #BuyTwitter (“Compremos Twitter”) a partir de un artículo publicado en el periódico británico The Guardian: “Este es mi plan para salvar Twitter: comprémoslo”. La propuesta es la “propiedad compartida”. Es una idea provocativa, que sigue a un artículo fundacional publicado por Schneider en Shareable en diciembre de 2014, Owning is the new sharing (“Poseer es el nuevo compartir”, burlándose de las fórmulas de la sharing economy de compartir en lugar de poseer).

En cuanto a Twitter, la campaña, apoyada también en el hashtag #WeareTwitter, se apoya en la idea de que la red de microposteos es un servicio público y no debería estar amenazada por la falta de fondos. Por supuesto, de la campaña a la organización real hay un largo trecho. Algo de la organización incipiente puede verse en esta guía para comprar Twitter (en inglés).

En Argentina, un país con larga tradición en cooperativas y con la mayor cantidad de cooperativas de tecnología del mundo, hay un interés incipiente en la idea de las platform.coopersystem.com.brs. Todavía estamos lejos de concretarla; entre otras cosas, porque tampoco estamos todavía tan familiarizados con el capitalismo de plataforma. La idea de que puedan existir plataformas de servicios descentralizados recién se está instalando aquí, generalmente motorizada por grandes compañías globales como Airbnb. Hay algunos intentos de pensarlo, por ejemplo en el sitio LinkedCode, donde se ofrecen a programar la base técnica para cualquier cooperativa de plataforma. Como decía Trebor Scholz, el punto central no es la tecnología, sino la organización social.

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El año que hablamos de cooperativas de plataforma o #platformcoops

Imagen de la campaña #BuyTwitter

Artículo de Marcela Basch, publicado aquí con permiso

El mismo año en que la economía colaborativa se hizo mainstream y las críticas fueron cobrando volumen y consistencia, empezó a escucharse más fuerte la prédica de las #platformcoops, o cooperativas de plataforma. En el plan C nos la presentó Neal Gorenflo en la previa de Comunes, cuando nos decía “necesitamos construir cooperativas de plataforma cuanto antes”. En uno de sus artículos sostiene que solo las cooperativas de plataforma pueden “vencer a estrellas de la muerte como Uber o Airbnb”.

¿Qué son? Plataformas online de servicios de particulares a demanda, como las del capitalismo de plataforma, pero organizadas como cooperativas, ergo verdaderamente descentralizadas. Algo así como un Airbnb -o Uber, o TaskRabbit, o IguanaFix, o Freelancer, la que más les guste- pero poseída, manejada y gobernada por sus trabajadores y usuarios. Lo mejor de ambos mundos.

Apenas un mes después de Comunes tuve el gusto de conocer a Trebor Scholz, uno de los principales difusores del concepto, autor del libro electrónico Platform Cooperativism y coorganizador junto a Nathan Schneider de los encuentros PlatformCoop (el primero, en noviembre de 2015 en Nueva York). En el marco del Kultursymposium Weimar, pude escucharlo presentar la idea de las platform.coopersystem.com.brs, basada en un concepto bastante simple y clásico: “No hay por qué admitir plusvalía en el siglo XXI”. Vi los debates en torno a ella (por ejemplo, Rachel Botsman desestimó las cooperativas de plataforma con un “creo que simplemente no funcionan, la gente necesita confiar en una marca”). Finalmente pude entrevistar a Scholz; le pregunté, entre otras cosas, por qué los ejemplos reales de cooperativas de plataforma son tan escasos todavía, y por qué las cooperativas -las tradicionales, siglo XX- tienen tan mala prensa. Dijo que “no se trata de tecnología, se trata de cambiar la mente de las personas, de la organización social del trabajo”.

Si bien todavía no ha crecido mucho en terreno práctico, el concepto de platform.coopersystem.com.brs está levantando algunas -pequeñas- olas. En septiembre, OuiShare México organizó el taller “Cooperativas Digitales: la experiencia alemana”, con la participación de Félix Weth (CEO de Fairmondo) y Thomas Döennenbrink (Conector de OuiShare en Alemania), y de la mano del evento publicó un volumen con artículos sobre Cooperativas digitales.

El texto fundante de Trebor Scholz fue traducido al castellano con el título de Cooperativismo de plataforma, primero por Dimmons (versión ibérica) y luego por En Defensa del Software Libre (versión latinoamericana). En octubre, Scholz y Nathan Schneider publicaron juntos Ours to hack and to own (“Nuestra para hackear y poseer”), que lleva como subtítulo “El ascenso del cooperativismo de plataforma, una nueva visión para el futuro del trabajo y una internet más justa”.

La utopía de las plataformas de usuarios: #BuyTwitter

Apenas unos días antes, el 30 de septiembre, Nathan Schneider había lanzado la campaña #BuyTwitter (“Compremos Twitter”) a partir de un artículo publicado en el periódico británico The Guardian: “Este es mi plan para salvar Twitter: comprémoslo”. La propuesta es la “propiedad compartida”. Es una idea provocativa, que sigue a un artículo fundacional publicado por Schneider en Shareable en diciembre de 2014, Owning is the new sharing (“Poseer es el nuevo compartir”, burlándose de las fórmulas de la sharing economy de compartir en lugar de poseer).

En cuanto a Twitter, la campaña, apoyada también en el hashtag #WeareTwitter, se apoya en la idea de que la red de microposteos es un servicio público y no debería estar amenazada por la falta de fondos. Por supuesto, de la campaña a la organización real hay un largo trecho. Algo de la organización incipiente puede verse en esta guía para comprar Twitter (en inglés).

En Argentina, un país con larga tradición en cooperativas y con la mayor cantidad de cooperativas de tecnología del mundo, hay un interés incipiente en la idea de las platform.coopersystem.com.brs. Todavía estamos lejos de concretarla; entre otras cosas, porque tampoco estamos todavía tan familiarizados con el capitalismo de plataforma. La idea de que puedan existir plataformas de servicios descentralizados recién se está instalando aquí, generalmente motorizada por grandes compañías globales como Airbnb. Hay algunos intentos de pensarlo, por ejemplo en el sitio LinkedCode, donde se ofrecen a programar la base técnica para cualquier cooperativa de plataforma. Como decía Trebor Scholz, el punto central no es la tecnología, sino la organización social.

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